31 ago. 2008

El día que hable

Cuchicheando, entran primero las dos tías cucufatas, destilando sobriedad y elegancia entre las rústicas mesitas que, calladas, les abren paso.

- Ay, miralo. ¡Mira a ese! Que repugnante
- Uuuuuuuuuugh….
- Que desagradable
- Que asco
- ¿A que lugar nos has traído, en que cuchitril estamos?
- Alonso, me voy a desmayar, ¡sácanos de aquí ahora!
- Ay, yo me vuelvo al ‘be-eme’, no soporto esto un segundo más
- Ana Paula, por un instante, sólo por un instante, ¿crees que podrías mantener la boca cerrada?
- ¡Alonso! ¿Qué te ocurre, porqué tratas así a mi hermana?
- ¡Porque no la soporto, porque parece un papagayo grotesco que no para de darme dolores de cabeza, porque vive en mi casa y la mantengo y aun así no clausura el PUTO HOCICO! ¡No te soporto Ana Paula!

Naturalmente, Ana Paula se hace la ofendida, exagerando muchísimo su dolor: tremenda conchuda. Camila mira a Alonso con todo el odio que es capaz de transmitir por los ojos. Sí, odio, porque entre ellos ya no existe amor, solo se acostumbraron uno al otro y ya no se pueden escapar.

¿Hacer el amor? JA, broma de mal gusto. En esa cama no se respira cariño, todo se reduce a una masturbación conjunta una vez cada mil noches y, como es de suponer, no es una noche gloriosa; no, es una más, es idéntica a aquellas en que se masturban por separado; no, incluso peor.

Jodido par de imbéciles, creen que no me doy cuenta. Ahora, mientras la pendeja llora, Camila y Alonso no paran de discutir. Mi coche se detiene.

- Pero dime, ¿Cuándo vamos a vivir solos, tranquilos y sin molestias en nuestra casa? Me jode demasiado que la hayas metido en nuestra casa sin avisarme
- Alonso, sabes bien que Pablo la dejó y sabes perfectamente que en este momento no tiene como mantenerse. Te odio, de verdad te odio. ¿Cómo puedes ser tan cruel?
- Porque la cojuda de tu hermana me saca de mis casillas: este es uno de los restaurantes tribales mas caros del Perú, pero, aún así, se queja porque no es el JODIDO ASPEN
- En verdad no entiendo como no puedes hacer el intento por comprenderla, de hacerle estos días de soledad un poco mas llevaderos
- ¿Sabes qué? OK, voy a ayudarla a hacer sus días de soledad más llevaderos: saliendo de acá voy a comprarle un vibrador. ¿Contenta?
- Eres un imbécil. Eres un monstruo. Te odio.

Camila se voltea, toma a su hermana, a su ‘desvalida’ hermana, la sube al ‘be-eme’: esa caja de cuatro ruedas que es el máximo de sus fantasías utópicas, ese en el que basan toda su autoestima y su estima social; el objeto que aparece en todos los sueños mojados de ese par de sátrapas. Me muevo. ¡Carajo, Alonso, has algo! Me detengo. En el rostro de Alonso se dibuja la mirada mas fiera que el mundo vio jamás.

- Tú y tu hermana se largan si quieren, pero mi hijo almuerza siempre conmigo

Alonso empuja mi cochecito de vuelta al restaurante, me sientan en la silla pequeña. Soy feliz, al fin solo con Alonso, con papá. La cuchara en L se acerca a mi boca. Es la comida más sabrosa que he probado en toda mi corta vida. Algo se mueve dentro de mí.

- Pa…
- ¿Que?
- Pa…
- ¿Qué cosa?
- Pa…. Pá

Alonso llora. Y me abraza. Lo quiero mucho.

3 comentarios:

  1. U_U .los odio a todos. JAJAJAJA sátrapas, solo se dedican a jugar mario bros. COMENTEN HDPS!!

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  2. Anónimo5/9/08 15:14

    mmm.... cual fue la primera comida????....

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